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Programa llamado TEVI (te-ví) para subrayar el hecho de que los menores siempre son conscientes de la violencia doméstica, aunque no hablen y su entorno no lo detecte.

 

En el año 2010 el programa TEVI si implantó en el resto de dispositivos de Psiquiatria del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona i en el 2013 el "Ministerio de Sanitat, Serveis Socials i Igualtat, Observatori de la Salut de la Dona (OSM) reconoció este proyecto como un programa de buenas prácticas.

Ahora sabemos que los menores testigos de violencia doméstica consultan frecuentemente por problemas de salud mental. 

Se comprobó en un centro de Salud Mental Infanto Juvenil del área de Barcelona, que el 19% de los pacientes habían visto violencia entre sus padres. 

Está demostrado que la violencia es un poderoso factor de riesgo de salud mental y de desadaptación social cuando no se recibe un soporte adecuado. Además, el hecho de haber sido testigo de violencia doméstica incrementa la posibilidad de convertirse en un maltratador.

 

El proyecto TEVI recibe una media anual de 230 pacientes testigos de violencia doméstica. Un equipo de 3 psicólogos, 1 psiquiatra y un trabajador social en coordinación con profesionales de la educación, salud y servicios sociales trabajan para la detección y su tratamiento. 

 

Ante esta realidad el proyecto TEVI sigue creciendo cada año para ofrecer mejores servicios y recursos. Se han desarrollado distintas terapias para abordar esta problemática, como la terapia grupal de regulación emocional e interpersonal que el propio equipo ha escrito en un manual publicado.

 Las guías internacionales de intervención con menores testigos de violencia doméstica recomiendan que, apoyar y fortalecer la relación del menor con el progenitor que  ha sufrido la violencia es un factor clave de mejoría. Para conseguir este objetivo y basándonos en la experiencia y estudios previos,  proponemos la terapia asistida 

 

 

 

con animales como complemento de otras terapias llevadas a cabo en elprograma TEVI. No se trata de una terapia que sustituya a otras que ya ofrecemos a las familias y pacientes, sino de una terapia complementaria. A través de ella se fortalece y mejora la relación del menor con el terapeuta y el menor adquiere mayor compromiso con le terapia ya que relaciona el centro de salud con el animal y así lo siente como un lugar seguro. 

Frecuentemente estos menores abandonan el tratamiento y gracias a  la entrada del animal se facilita mejor continuidad en los tratamientos. La relación entre el progenitor no agresivo y el menor a menudo queda dañada tras la exposición a la violencia. La terapia asistida ayuda a restablecer  esta relación, pues crea un espacio de mutua colaboración, Seguridad y Confianza. De la misma manera ayuda a restablecer la fortaleza y confianza en el progenitor no maltratador (empoderamiento) ya que muchas veces  ha sido dañada por la violencia y humillación.

 

Por todos estos motivos queremos incorporar la Terapia asistida con animales en el programa TEVI, pues promueve el buen desarrollo psicológico del menor y su familia y sobre todo ayuda en la ruptura del ciclo de la violencia creado. Con este tipo de  intervenciones se permite romper el ciclo de la violencia hacia el que el menor NO está abocado.  Con el ofrecimiento de modelos de relación sanos el menor puede superar esta trayectoria e incluso convertirla en una oportunidad de resiliencia. Estas terapias ofrecen la posibilidad de iniciar un camino distinto al de la violencia donde  el niño o adolescente vuelva a creer y confiar en las personas, empezando por las más cercanas.